sábado, 9 de mayo de 2009

we never change, do we?

Tal vez no lo sientas, pero me alejo. Cada noche doy un paso hacia atrás y nos vamos convirtiendo en desconocidos. No necesitamos engaños, ni el dramatismo del que acusas a esa escena que te saca de quicio cuando a mí, la misma película en la misma habitación, me ha retratado más de cinco veces. No sé si te das cuenta, si esa sensación de incapacidad también te unta las manos de tristeza cuando los dos empezamos a intuir que durante las horas del día siguiente estaremos tan lejos, tan lejos el uno del otro, que volveremos a ser desconocidos con nombres falsos. Y da lo mismo que media docena de preguntas se agolpen en mi puerta, creo que seguirás sin entenderlo. Dentro de unos minutos ya habré dado otro paso más y me acusarás de dramatismo y seguramente con razón porque siempre soy yo la que se equivoca. Pero de veras siento que no podré dejar de alejarme, porque después de todo parece ser que no me conoces, ni quizá yo a ti.