sábado, 7 de marzo de 2009

Tal vez hayan sido unas docientas palabras las que, tras estar escritas en medio de la pagina, se han ido borrando al apretar el boton. No se ni que contarte. No me apetece contarte nada. No me apetece verte hoy, ni dormir contigo, ni decirte cosas dulces ni saladas. No me entran las ganas de sentir que hoy ha sucedido algo especial. Y esas doscientas palabras equivalen a los cuatro besos delictivos que se nos han escapado, que te he hecho perder. Un viernes como otro cualquiera.

1 comentario:

Tita dijo...

Y desde otro viernes cualquiera, mi divagar también anda algo callado.