jueves, 17 de julio de 2008

“Me han bastado las cuatro
primeras palabras de tu mensaje
para querer volver al pasado.
Te he echado de menos.
Te pienso, te beso.”

sábado, 5 de julio de 2008

Una noche cualquiera, a las 23.39

- Siento el retraso. Hemos tenido problemas con la iluminación.
- Ah, vale. No se preocupe. En estas salas pequeñas siempre hay imprevistos.
- Sí, comienzo a darme cuenta... Tome asiento, serán sólo unos minutos. Yo tengo que hacer una llamada breve y enseguida comenzamos.

Me quito la chaqueta y me siento. Mis manos vuelven a retorcer nerviosas el programa, que ya tiene que soportar bastantes arrugas. Intento no mirar el móvil, no asegurarme de que está encendido, con batería suficiente, con cobertura, con todo lo necesario para que su llamada me llegue a tiempo. Lo saco del bolsillo por enésima vez y veo que no hay ningún mensaje. Lo vuelvo a guardar. ¿Qué estará haciendo? ¿Me recordará?
Se apagan las luces. Una extraña música india comienza a sonar. Saco el bloc de notas para apuntar datos que incluiré en la crítica de la obra.

Mi móvil vibra.