miércoles, 6 de febrero de 2008

Mi cara B

Mi cara B dice que hoy no quiere hablar, ni que le hablen, porque todo lo que escuche va a ser malo, inútil, vacío, tonto, sin sentido, repetitivo. Mi cara B odia mirarse en el espejo, e incluso intenta evitar ver su reflejo en cualquier cristal, escaparate o fotografía. Mi cara B también odia que la miren, por eso sus ojos se clavan al suelo constantemente y se sube el cuello del abrigo, refugiándose de un posible y desafortunado encuentro. Mi cara B se empeña en sacar todos los defectos de aquello que ayer sólo tenía virtudes, porque sí, simplemente porque ella quiere, sin ningún otro motivo aparente (aunque quizá encontraríamos alguno más lógico en las profundidades...).
A veces mi cara B se cree mejor que los demás y a la siguiente respiración se siente tan pequeña y avergonzada que tendríamos que utilizar una lupa para poder ver su autoestima, engullida entre inseguridades. Mi cara B no entiende nada, pero es que nunca quiso hacerlo. Ya todo le da igual, lo que él crea, lo que tú pienses, lo que ella misma sienta. Y a estas horas, cuando mi cara B ya está cansada de pelearse y discutir consigo misma, y echada sobre la cama se tapa con la manta hasta la cabeza para aislarse de todos y todo, yo me acerco y le digo que no se preocupe, que mañana será otro día, que yo seré otra.

5 comentarios:

Iraultza dijo...

A veces uno quisiera tomarse vacaciones de sí mismo, pero no resulta sencillo. A veces esa cara B es muy caprichosa, desagradable con uno mismo, y egoísta, pero le has dicho lo adecuado. La cara A siempre se queda más tiempo.

Giraluna dijo...

La cara A siempre se queda más tiempo, es verdad. Hoy ya ha comenzado de nuevo a instalarse en mis mejillas.
:)

Anónimo dijo...

La cara A (al menos en los casettes que escuchábamos los viejunos) era la de la canción movida, la parte extrovertida de uno que aflora para eclipsar a la cara B, que era la de la canción lenta.
Curiosamente, acababas escuchando la cara B muchas veces de las que hubieras pensado en un primer momento porque esa cara B, tal vez (sólo un poquito, así a media voz, please) mostraba algo (más) de ti que la parte extrovertida de la cara A que servía para tapar la cara B.

(Hasta que llegaron los Rolling y sacaron "Angie", una canción lenta, como cara A; pero ésa es otra historia que decían en La historia interminable).
No sé, tal vez uno tenga tantas caras como historias intermninables y ya lo dejo porque no llego a ninguna parte.

No-me-hagas-caso!

Giraluna dijo...

Tal vez ocurre eso que, aunque intente separarlo, las dos caras (la A y la B, la rápida y la lenta) forman parte del mismo disco, del mismo casette. Y sí, tenemos tantas caras como historias interminables, tantas caras como letras del abecedario.

(Va a ser verdad eso de que estás-peor-de-lo-que-pareces :)

Un abrazo

Anónimo dijo...

Hay que ver! Te quedas, siempre, con mis frases más patéticas;)

Lo bueno es saber que puedes mostrar ciertas caras con algunas personas, sin miedo a casi nada.

Y hasta aquí puedo leer, que ya sabes lo que diría Sardiña.