domingo, 9 de noviembre de 2008

Hace horas que es de noche, que la lluvia se ha hecho con el paisaje, estropeando los fuegos artificiales que durante esta semana suenan cada día. La ventana abierta deja entrar algo de aire en la habitación y con el frío también se cuelan voces que pasan por la acera comentando algo que no entiendo, quizá sea un chiste, quizá una de esas confesiones nocturnas que sólo son posibles a esas horas en las que lo que digas parece quedarse entre tus labios y su bufanda. Nada más simple como ver pasar los coches por el cruce y algún que otro autobús de dos plantas despistado, haciendo la última ronda del día. Escuchar el silencio de la casa, con alguna conversación perdida escaleras arriba. Leer mensajes que van y vienen por la red, comentando rutinas y escondiendo dos o tres secretos al mismo tiempo. Comprobar que el viento no se cansa de hacer bailar las hojas del árbol que vive enfrente. Desconectar el despertador para que mañana sea la luz la que decida cuándo es el momento de abrir los ojos... Tan simple como colgar una fotografía en el armario para que te recuerde lo que tienes ahora, antes de perderlo...

2 comentarios:

Iraultza dijo...

Tan simple, y a veces tan complicado...sólo eso. Porque muchas veces, con eso, simplemente, basta. Hoy también me acordé de ti, aunque eso ya lo sabes. Besos de noche rara con una canción deliciosa.

Giraluna dijo...

A veces algo tan simple como recordar a alguien basta para que esa persona se sienta mejor, y ambos se pongan a escuchar una canción que habla de cientos de motivos... Una vez un amigo me dijo que recordar, en su forma latina, significa volver a pasar por el corazón... y me pareció muy lindo... Besos recordando