domingo, 25 de noviembre de 2007

Viento de otoño

Quizá el viento que hoy sopla en la ciudad ayude a que tus palabras vuelen hacia mí o que las mías se queden contigo si tu camino casualmente ha pasado por aquí. Los remolinos que forman las hojas secas bailando en la acera envuelven las sílabas, el jersey de punto que te abriga también acaricia los versos cuando se atreven a dejar tu boca y la taza de té caliente que sujetan tus manos hace más difícil que las poses sobre el teclado y te decidas a hablarme. No pasa nada, aún queda otoño por delante para que acerques tu voz sin miedo a que el viento se la lleve volando al País de Nunca Jamás.

5 comentarios:

Iraultza dijo...

Entre esas tazas de té que intentan abrigar las tardes más reacias del otoño, o las mañanas más inefables, siemrpe hay un hueco gustoso para apoyar las manos en el teclado y decirte que he estado. Bonito comienzo.

Giraluna dijo...

Sigue haciendo viento, pero algo menos de frío por tu visita, la primera para mí.
Gracias por haber estado y habermelo dicho.
Te espero más veces por aquí.

Anónimo dijo...

Me quedo sin palabras ante las tuyas.
No haré publicidad del blog si no quieres pero realmente lo mereces.
¿Cómo es posible que escribas tan bien?
Sigue contándonos historias desde la casita del árbol Wendy.
¿Dónde diantres se ha metido mi teddy bear? ¿Se lo habrá llevado el Capitán Garfio?

Giraluna dijo...

Tus palabras junto a las mías es la mejor combinación. Ven cuando quieras, sin compromisos ni obligaciones. Y tranquilo, es un espacio libre de "tic-tacs", ningún cocodrilo anda cerca. Cuidaré de tu sombra si la dejas por aquí.

Anónimo dijo...

Ahora que lo dices no sé dónde dejé mi dedal. Los indios nos esperan en la Bahía de las Sirenas, y vete tú a saber hacia qué aventuras nos llevarán sus cantos. A que acabamos en Montauk en febrero (brilliant Joel!). No te olvides del "Agente Naranja", Clem...