lunes, 24 de diciembre de 2007

14 días después

Hace 14 días escribí un “Re-encuentro” y justo hoy, dos semanas después, te he vuelto a encontrar. Poco de lo que había escrito se ha cumplido, seguramente porque ni tú ni yo somos los mismos y porque mi imaginación no tiene límites de seguridad, un gran defecto por mi parte. Esta vez no había margaritas amarillas, tú no llevabas esa camiseta verde –ni siquiera recuerdo lo que llevabas puesto-, no hemos tenido un rato de café para que esquivara tus miradas, no ha surgido ese saludo torpe y tímido que tanto me hubiera gustado, las ganas de huir no aparecieron, la pulsera de cuero no colgaba de tu muñeca... Pero, cuando te tenía delante, hablándome, me acordé de la frase que tanto había repetido en mi cabeza y que todo este tiempo ha rondado tu imagen: te echo de menos. La hubiera dicho en alto a pesar de que estuviéramos rodeados de gente y de que tu interés en seguir manteniendo una conversación conmigo tampoco parecía muy grande, la hubiera dicho si después no me esperara el dar explicaciones a unos y a otros, la hubiera dicho si no supiera que al instante me iba arrepentir al no oír un ‘yo también’ de tu boca. ¿No hay demasiadas diferencias entre lo escrito y lo vivido 14 días después?
Y en el fondo, ya lo sé, no te echo de menos a ti, sino la forma en la que yo me sentía contigo.






Me voy a dormir (y espero no soñarte).

6 comentarios:

Iraultza dijo...

Es curioso cómo determinadas frases coinciden a veces, hace unas cuantas semanas me escuché diciendo algo parecido a mí mismo (aunque se lo decía a un amigo hablando de otra persona), y fui consciente de ello en el mismo momento en que salían esas palabras de mi boca, y luego, pasados los días, me di cuenta de exactamente lo que dices tú, que lo que uno echa de menos pasado el tiempo es la forma de sentirse uno mismo, porque lo demás ha cambiado y ya ni se reconoce.

Giraluna dijo...

Exacto, lo demás puede haber cambiado y ya ni se reconoce. Pero quizá también somos demasiado egoístas y nos guardamos sólo los recuerdos buenos de nostros mismos, que son lo que más nos interesan... ¿Será que el 'amor altruista' se ha pasado de moda?

Iraultza dijo...

Como dice Phoebe en un estupendo capítulo de "Friends", después de pasarse todo el capítulo buscando una acción altruista, "pues va a ser verdad que el amor altruista no existe". Pero si, lo platónico hace tiempo que perdió su gracia, yo desde luego nunca lo he cultivado (llámame egoísta si quieres), pero es una trampa de dimensiones absurdas. Feliz Navidad!

Giraluna dijo...

Gran Phoebe! Sí, señor.
Sería de cobarde llamarte egoísta por internet, conociéndote tan poco, y porque entonces también me lo tendría que llamar a mí misma ;)
¡Feliz Navidad para ti también!

Anónimo dijo...

Cuánta verdad en tus palabras; no añoramos el patio del colegio por sus columpios, ni las suaves dunas de las playas del Orzán por sus lugares recónditos e íntimos, ni tampoco echamos en falta al amigo que ahora trabaja en Islandia porque no podamos hablar con él... con el Sky-p estaría solucionado.

Pasas junto al patio del colegio y recuerdas cómo eras cuando disfrutabas de él -así como todos los sueños que tenías de cómo serías al crecer-, cuando miras a la playa tratas de recordar a qué olía aquella moza que compartió durante una noche el firmamento contigo -en este caso conmigo-, y no echas tan de menos a Víctor por el hecho de que esté en Tierra de Vikingos como por la triste realidad de que ya nada continúa igual después de... joder, tan sólo cinco años.

Y sin intención de enrollarme -mucho más-, decir que me ha gustado descubrir que no soy el único en analizar el porqué de las cosas y que, con la valentía del que es capaz de decir la verdad, asume que también en el amor hay mucho de autocomplacencia y búsqueda de la minoración del malestar del ser.

Especialmente cuando hablamos de amor, y no de Amor.

Un fuerte abrazo navideño desde el Otro Lado.

Giraluna dijo...

Muy bien señalado lo del Amor y el amor...
Yo me voy dando cuenta de que, a veces, ni intento buscar el porqué de las cosas, seguramente porque saber las causas y las consecuencias puede ser más doloroso que quedarse en la superficie del momento.


Te devuelvo ese abrazo navideño, desde mi Lado. Un beso.