viernes, 28 de diciembre de 2007

Frío

Tengo frío, tengo frío en todo el cuerpo, sin excepciones. Siento cómo se cuela por el abrigo e intenta convencer a mi camiseta para que le deje vía libre hasta mi piel. Y ahí se queda, agarrado con todas sus fuerzas, todo el día, esté en casa o fuera, en un bar o una tienda, siempre con escalofríos, haciéndome temblar... Y le digo que se vaya, que me deje en paz, que yo ya estaba bien antes de que llegara él acompañado del invierno, y de las luces de Navidad que cada día me parecen más feas –aunque tú me dijeras ayer lo contrario-, y de la vuelta una vez más al punto de partida, cuando yo ya estaba lejos de él, de pensar otra vez en lo mismo y oír lo de siempre o, mejor dicho, de soportar el silencio de siempre... Y ayer por la noche, durante nuestro paseo, aun tuve más frío. Se me encogió el estómago, cerré las manos dentro de los bolsillos para calentarlas, me puse el gorro de lana, los guantes de Audrey -como tú los llamas- y continúe caminando a tu lado, a tu ritmo, sin saber qué destino teníamos, sin importarme si acabaría lejos de mi casa o cerca de la tuya. No me atreví a decírtelo, y es que lo de lanzarme no se me da muy bien, pero sólo necesitaba tu abrazo para sentirme mejor, para que el frío huyera de una vez por todas, para retomar algo que dejé colgado hace tiempo, para cerrar viejas heridas aunque a la vez se hubieran abierto otras nuevas... pero ni siquiera llegaste a rozarme.

6 comentarios:

Iraultza dijo...

Es de ese frío que raramente tiene que ver con la temperatura del exterior, aunque estuvieses en Australia con 28 grados fuera, también sentirías ese frío. Supongo que los inviernos congelan lo que debe olvidarse, y conservan lo mejor de uno mismo, para cuando se vaya el frío y haya que mudar las ganas, porque tarde o temprano, las ganas se mudan.

Giraluna dijo...

Aunque estuviera en Australia a 28 grados seguiría teniendo frío sí :) Pero ahora mismo descansa sobre mis rodillas una bolsa de agua caliente, que llega incluso a quemarme, y me invita a pensar que es verdad lo que dices, que las ganas acaban mudando tarde o temprano...
Besos (bajo cero)

espiralproscrita dijo...

siempre me encuentro a Iraultza...
(doble placer)

sólo pasaba para dejar un poco de calor que alivie esas quemazones del frío.

espero que muden pronto las ganas...

un abrazo.

Giraluna dijo...

Jaja, es verdad, un motivo para leer mi blog -espero que no sea el único- es poder leer los comentarios de Iraultza. Espero que pases por aquí a menudo, aunque sea para leerle a él :)

Y también es un doble placer para mí cuando visito a Iraultza y te encuentro a ti. A partir de ahora intentaré acudir directamente a tu 'delicosa libertad de equivocarse'...

Gracias por el calor dejado.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Tan sólo desearte una buena entrada de año... y abrígate; dicen que rascará de lo lindo.

A no ser que estés en el otro Hemisferio.

Saludos desde Santiago dC

Giraluna dijo...

Sigo en este hemisferio, en el del frío, aunque me gustaría ver una correspondencia distinta entre meses y estaciones.

Un abrazo y feliz año nuevo para ti también :)